Fin de curso

Se acerca el final, 

al menos hasta septiembre

Una de las experiencias mas agotadoras de mi vida. Trabajar por la mañana, ir a clase por las tardes y estudiar en fin de semana, huelgas y festivos.

Cuando se acerca el fin de curso, siento como se me cae encima un año. Mis defensas han bajado tanto que en el último trecho y a punto de terminar los exámenes, voy y pillo un resfriado.

Para sobrellevar mejor este trance, me imagino en la playa, bañada por el sol y las olas del mar. Bien merecido.
¡Ya voy gaviotas! ¡Estoy llegando, pulgas de la arena! ¡Esperadme, viscosas algas marinas!

Las notas ya son lo de menos, mi espalda quiere desperezarse. Despedir a la silla del escritorio. Mis ojos, abandonar las gafas, salvo para conducir hasta la arena.

Descanse en paz, redes sociales, grupos de estudio, bits...; Resucitareis, mas ahora debemos ir por separado, mientras mi portátil en un cajón, hasta septiembre, guardado.

La siguiente batalla se dibuja en mi horizonte, y ahí estaré, plantando cara al desafío, otro curso escolar.
Pero hasta entonces ...
... paz.